Guarda mi alma y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti me refugio. Salmo 25:20
El matrimonio puede distorsionar nuestras expectativas, ya que a menudo esperamos que nuestra pareja satisfaga todas nuestras necesidades y nos haga felices. Sin embargo, estas expectativas poco realistas pueden llevar a la desilusión y la frustración. Es importante reconocer que nadie es perfecto y que todos somos humanos.
En lugar de enfocarse en expectativas irreales, se insta a concentrarse en alentar a la pareja en lugar de criticarla constantemente. Se destaca que el amor verdadero no busca cambiar a la pareja para que cumpla con nuestras expectativas, sino que acepta y alienta a la persona tal como es.
La crítica constante puede generar resistencia y deteriorar la relación. En lugar de eso, se sugiere que el amor permite a la pareja ser auténtica y apoya su crecimiento. El matrimonio es una amistad única diseñada por Dios, donde las personas viven juntas en imperfección pero se alientan mutuamente.
La Biblia se menciona como fuente de sabiduría, instando a fortalecer a los débiles y alentarse mutuamente. Se enfatiza la importancia de crear un ambiente seguro donde ambos cónyuges puedan expresarse libremente y crecer juntos.
El mensaje central es dejar de lado las expectativas poco realistas y ser un alentador constante para la pareja, lo que permitirá que ambos crezcan con confianza y amor en la relación.
Manos a la obra
Elimina de tu hogar el veneno de las expectativas poco realistas. Piensa en un área en la cual tu cónyuge te haya dicho que esperas demasiado, y dile que lamentas haberle exigido tanto. Prométele que intentarás comprenderlo y afírmale tu amor incondicional.