Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros. (2 Corintios 9:8)
El amor, en su máxima expresión, persiste incluso cuando se enfrenta a desafíos y rechazo. Es un compromiso inquebrantable que no cambia de opinión cuando no recibe reciprocidad.
El amor verdadero nunca deja de ser. Esta cualidad es ejemplificada por Jesús y sus discípulos, quienes, a pesar de sus fallas y negaciones, fueron amados continuamente por Él. Del mismo modo, el amor que proviene de Dios es inmutable y tiene sus raíces en la voluntad divina y la Palabra de Dios, que son irrevocables.
Por lo tanto, el desafío radica en expresar un amor inquebrantable hacia tu cónyuge, comprometiéndote a amarlo a pesar de las imperfecciones y prometiendo que tu amor será constante hasta la muerte, ya que el amor nunca deja de ser.
Manos a la obra
Pasa tiempo orando solo. Luego, escríbele una carta de compromiso y decisión a tu cónyuge. Incluye la razón por la cual te comprometes con este matrimonio hasta la muerte, y exprésale que te has propuesto amarlo sin importar lo que suceda. Deja la carta en un lugar donde tu pareja la pueda encontrar.