Si dos se acuestan juntos se mantienen calientes; pero uno solo ¿cómo se calentará? (Eclesiastés 4:11)
La unión en el matrimonio debe ser según la perspectiva bíblica. Dios crea el matrimonio al unir a un hombre y una mujer como una sola entidad. El amor en el matrimonio se ve como algo que no debe actuar de manera independiente, sino que es más efectivo cuando se entiende como una unidad en la que ambos cónyuges se complementan mutuamente.
Las diferencias entre los esposos, aunque a veces puedan generar malentendidos y conflictos, son en realidad bendiciones creadas por Dios. Las diferencias pueden ser beneficiosas en áreas como la cocina, la disciplina familiar y las finanzas, y es importante respetar y apreciar esas diferencias en lugar de criticarlas.
La esposa de Poncio Pilatos mostró discernimiento y advirtió a su esposo sobre un error que estaba cometiendo en el juicio de Jesús. Las esposas pueden tener un discernimiento valioso que a veces los esposos no poseen y la colaboración en el matrimonio es esencial para tomar decisiones importantes y resolver problemas.
El matrimonio es más efectivo cuando se entiende como una unidad en la que los cónyuges se complementan mutuamente y trabajan juntos, respetando y valorando las diferencias entre ellos.
Manos a la obra
Reconoce que tu cónyuge es esencial para tu éxito en el futuro. Hoy mismo, déjale saber que deseas incluirlo en tus próximas decisiones, y que necesitas su opinión y su consejo. Si en el pasado has ignorado sus aportes, admite tu descuido y pídele que te perdone.