- Saludaos unos a otros con un beso de amor. (1 Pedro 5:14).
El saludo diario en una relación de pareja tiene una importancia sorprendente. La manera en que te saludas mutuamente refleja mucho sobre la relación. La Biblia nos alienta a saludarnos con calidez y amabilidad. Jesús incluso nos insta a tratar con bondad incluso a nuestros enemigos.
Debemos reflexionar sobre cómo saludamos a nuestros amigos, compañeros de trabajo, vecinos y conocidos, y preguntarnos si estamos brindando a nuestra pareja el mismo nivel de cortesía y amabilidad, e incluso diez veces más. Nuestro saludo inicial en la mañana, la expresión en nuestro rostro y la energía en nuestra voz pueden tener un impacto significativo en el día de nuestra pareja.
Un buen saludo, expresando nuestra felicidad al ver a nuestra pareja, aumenta su autoestima y les hace sentir importantes y valorados. Un saludo amoroso crea un marco para una interacción positiva y saludable y nos impulsa a seguir adelante.
Podemos aprender del ejemplo del padre en la parábola del hijo pródigo. A pesar de las malas decisiones del hijo, el padre lo recibió con compasión, amor y un abrazo afectuoso. Este gesto inesperado tuvo un impacto profundo en la relación entre ellos.
Debemos considerar cómo podemos saludar a nuestra pareja de una manera que los haga sentir amados y apreciados. Un simple saludo puede bendecir a nuestra pareja a través de lo que ven, escuchan y sienten. No necesitamos ser audaces o espectaculares, pero agregar calidez y entusiasmo a nuestros saludos nos brinda la oportunidad de tocar el corazón de nuestra pareja de manera sutil pero significativa.
Tenemos varias oportunidades diarias para saludarnos: al llegar a casa, durante las comidas, al despedirse o al hablar por teléfono. Nuestro objetivo debe ser hacer que nuestra pareja se sienta valorada, apreciada y amada, incluso en momentos de tensión.
Recordemos que el amor es una decisión. Podemos elegir cambiar nuestra forma de saludar a nuestra pareja y elegir amar en cada encuentro.
Manos a la obra
Piensa una manera específica en la que te gustaría saludar a tu cónyuge. Hazlo con una sonrisa y con entusiasmo. Luego decide cambiar tu forma de saludar para reflejar tu amor por él/ella.